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COLECCIONISTAS DE MONEDAS

El tálero de María Teresa, una moneda que trascendió a su tiempo

Actualizado 22 Mar, 2023 •reading-time 6-8'
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En otras ocasiones hemos hablando de cómo el tálero, esa gran moneda de plata desarrollada en Bohemia, sería la base para que Carlos I de España (y V del Sacro Imperio Romano Germánico) promoviera la aparición del real de a ocho. Ello no fue obstáculo para que su hermana mayor, que continuó produciéndose en los territorios centroeuropeos gobernados por los Habsburgo, forjara su propia historia.

Es preciso señalar que el término “tálero”, raíz de la palabra “dólar”, no se refiere a una única moneda, sino que engloba diversas piezas de plata con características similares, sucesivas o contemporáneas entre sí, que se usaron ampliamente para el comercio internacional dentro y fuera de Europa. Esta simplificación sitúa a los 8 reales como uno más del grupo, hecho que se reafirma con su masiva aceptación en los territorios en que circuló.

Así, la moneda de los Habsburgo dominó el comercio global: tanto en el Nuevo Mundo como el Viejo, táleros con la imagen de los monarcas españoles o germánicos terminaron siendo la única moneda aceptada para las transacciones internacionales.

En esta ocasión veremos la parte pendiente de la historia, con especial enfoque en la pieza más famosa de Europa continental: la acuñada con la imagen de María Teresa de Austria.

Del Guldengroschen al Vereinsthaler

La primera moneda de tipo tálero fue el Guldengroschen (31,93 gramos de peso; 937 milésimas de ley), acuñado para 1486 en Tirol, entonces parte de Bohemia. Apodado Guldiner, fue resultado de una modernización monetaria promovida por el archiduque austriaco Segismundo, que a partir del año 1500 se expandió por el Sacro Imperio Romano Germánico y toda Europa central con mínimos ajustes de peso.

Guldengroschen
Guldengroschen de plata acuñado por Segismundo de Austria en 1846. Fuente: CoinArchives

En 1518 se acuñaría su versión perfeccionada: el Joachimsthaler (29,23 gramos; 937 milésimas), numisma producido en el valle de San Joaquín (en alemán: Sankt Joachimsthal), Bohemia.

La popularización de esta moneda, replicada en otras minas de plata de la región, dio pie a que empezaran a conocerse conjuntamente como thalers. De este modo nació la denominación de tálero como un tipo de piezas.

Reacuñación contemporánea de un Joachimsthaler de plata labrado en 1520.
Reacuñación contemporánea de un Joachimsthaler de plata labrado en 1520. Fuente: NumisBids

Los siguientes años supondrían su diversificación por el mundo, ya que no sólo continuarían en producción por los territorios germanos sino que se introducirían en la Península Ibérica y el Nuevo Mundo por mandato de Carlos V del Sacro Imperio.

En América, los reales de a ocho (27,47 gramos; 930 milésimas) llegaron a ser conocidos también como “táleros” o “dólares españoles” y cumplieron iguales funciones que sus contrapartes alemanas desde, al menos, 1538: año del que datan los más antiguos producidos en México. En España, por su parte, se cree que empezaron a acuñarse entre 1537 y 1543, pero los ejemplares conocidos hoy son posteriores a ese período.

Pero no nos alejemos de Alemania, Austria y sus táleros, que son el centro de esta historia. Y es que el vasto territorio que conformaba el Primer Reich estaba compuesto por diferentes estados donde circularon distintas variantes del tálero, que intentaron ser estandarizadas en más de una ocasión con resultados diversos.

El Guldengroschen imperial fue ajustado en 1524, 1551 y 1559, pero los diferentes reinos, principados y ducados efectuaban modificaciones a la pureza de sus monedas internas, ocasionando que la equivalencia con el numisma romano-germánico se rompiera. Además, los ajustes imperiales no siempre se correspondían con la necesidad del mercado, lo que ocasionaba protestas del público. Las más fuertes de ellas, ocurridas en 1566, se tradujeron en la acuñación oficial del Reichsthaler specie (29,23 gramos; 889 milésimas), que también vio sus variaciones y convivencia con dólares alternativos posteriormente, especialmente a raíz del caos que significó para Europa Central la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Este Reichsthaler, masivamente aceptado por sus usuarios, puso punto final al Guldengroschen imperial.

Reichsthaler de plata acuñado por Augusto de Sajonia en 1575.
Reichsthaler de plata acuñado por Augusto de Sajonia en 1575. Fuente: Wikimedia Commons

En 1751, tras 180 años de ajustes, circulación y convivencia del Reichsthaler con otros táleros, Austria crea un numisma que desde 1753 sería conocido como Conventionsthaler (28,06 gramos; 833 milésimas), debido al acuerdo suscrito entre este archiducado y el Círculo de Baviera para emplearlo como un estándar monetario en el Sacro Imperio que sustituyera al Reichsthaler (en lo que no tuvo éxito total) y sirviese como una mejor moneda de comercio internacional (en lo que triunfó). A partir de 1754, el Conventionsthaler se expandiría de Austria a Baviera, Sajonia y el sur de Alemania, alcanzando predominancia.

Tras la disolución del Imperio, los antiguos dominios empezarían a ocupar monedas distintas a ella. Los estados del sur favorecerían el Kronenthaler (29,45 gramos; 873 milésimas) de los Países Bajos Austríacos, mientras que los del norte cayeron en la órbita del Reichsthaler prusiano (22,27 gramos; 750 milésimas), especialmente en el contexto de la Zollverein o Unión Aduanera de los Estados Alemanes. El Imperio Austriaco, por su parte, continuaría empleando el Conventionsthaler interna y externamente, pero los desafíos políticos y económicos que debió enfrentar durante la primera mitad del siglo XIX le llevaron en 1857 a crear el Vereinsthaler (18,52 gramos; 900 milésimas), que se expandió a otros estados gracias a la mencionada integración de aduanas.

Vereinsthaler de plata austriaco acuñado en 1867.
Vereinsthaler de plata austriaco acuñado en 1867. Fuente: Numista

Con todo, los días del tálero estaban contados, puesto que en el horizonte asomaba el patrón oro y toda la revolución económica que éste implicaba. El auge de Gran Bretaña como potencia en el siglo XIX llevó a un uso cada vez mayor de la libra como moneda de comercio internacional. A eso se suma el fortalecimiento de la banca, fundamentada en el uso del papel moneda y en cuya red el Imperio Británico jugaba un rol preponderante. Todo ello le dio a ambos táleros -el español y el alemán- la estocada final, dejándolos como meras mercancías: monedas con historia.

María Teresa de Austria y su legado

María Teresa de Habsburgo nació en 1717 y asumió como archiduquesa de Austria en 1740. Su matrimonio con Francisco de Lorena le valió además convertirse en Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico tras la elección de su marido para el trono en 1745; no obstante, por su personalidad dominante que contrastaba con la del Emperador, ejerció el verdadero poder en todos los dominios que debían regir conjuntamente, actuando bajo la filosofía del despotismo ilustrado.

Retrato de María Teresa de Austria (detalle), por Jean-Étienne Liotard.
Retrato de María Teresa de Austria (detalle), por Jean-Étienne Liotard. Fuente: Museo Albertina

María Teresa fue una gobernante capaz que sorteó las dificultades de su mandato a la par que ejecutaba las transformaciones necesarias para modernizar la economía de los territorios a su cargo y mejorar la vida de sus súbditos.

Sus políticas generaron una gran estabilidad y prosperidad, sentando además las bases para el desarrollo de la región en siglos posteriores. Para ello, implementó una reforma de impuestos que trajo mayores ingresos para el Estado, fomentó la construcción de infraestructura (caminos, puentes, canales…) orientada a facilitar el crecimiento económico y el comercio, incentivó mejoras en la productividad agrícola, promovió la industrialización y estableció una eficiente burocracia centralizada. Además, fue mecenas de las artes y las ciencias, lo que hizo de Viena un importante centro cultural e intelectual en Europa.

En lo que a numismática se refiere, María Teresa jugó un rol importante en la historia al modificar las especificaciones del Reichsthaler que circulaba en Austria, creando de facto el Conventionsthaler en 1751 y promoviendo su uso en otros estados a contar de 1754: ello como una más de sus reformas económicas.

El tálero más famoso de todos los tiempos

Las monedas de la archiduquesa, conocidas como táleros de María Teresa, se acuñaron bajo dos estándares: el del Reichsthaler en sus primeros años de mandato (para entonces, de 28,82 gramos de peso y 875 milésimas de ley), y el del Conventionsthaler a contar de 1751 (28,06 gramos; 833 milésimas), antes incluso de que éste empezara a conocerse como tal. Eran piezas que mostraban en su anverso el perfil de la emperatriz y en el reverso su escudo de armas, que variaban con el paso del tiempo; las leyendas aludían a los títulos que la monarca ostentaba para las distintas fechas de acuñación.

Ahora bien, ¿qué llevó a la creación del Conventionsthaler de María Teresa? Ciertamente influyeron las dificultades económicas que enfrentaba Austria entonces, así como las políticas de la archiduquesa para darles solución, pero un factor determinante fue la necesidad de establecer un nuevo estándar para la moneda centroeuropea que había sido golpeada en décadas anteriores, especialmente durante la Guerra de los Treinta Años.

Al haber gran variedad de monedas de plata entre los estados que conformaban el Sacro Imperio Romano, con la falta de uniformidad en peso y pureza que eso implicaba, se volvía realmente difícil para los comerciantes concretar sus negocios. La implementación del Conventionsthaler buscaba solucionar eso, poniendo a circular una pieza estándar y de aceptación unánime: objetivo que logró sobradamente e incluso fuera de sus fronteras.

Debido a su éxito en Europa, África y Asia, el tálero de María Teresa fue producido en grandes cantidades por cecas más allá de Austria o Alemania. Su uso no sólo fue local, sino también para el comercio internacional de textiles, especias, marfil y otros productos. Era aceptado por mercaderes de todo el planeta, y su reputación era tal que incluso llegó a emplearse como un obsequio diplomático entre las potencias europeas y otras naciones, como símbolo de amistad y buena voluntad. Algunos pueblos incluso lo emplearon como joya o amuleto.

A partir de 1780, con el fallecimiento de la archiduquesa, el tálero de María Teresa se congeló en el tiempo pues no convenía modificar el diseño de una moneda tan exitosa, más aún si algunos comerciantes empezaban a rechazar las del nuevo gobernante. La producción del dólar teresiano continuó incluso después de haber sido desmonetizado en Austria como circulante oficial, quedando relegado al comercio en otras regiones hasta tiempos tan recientes como la Segunda Guerra Mundial.

Reacuñación contemporánea del tálero de María Teresa, según modelo de 1780. Anverso.
Reacuñación contemporánea del tálero de María Teresa, según modelo de 1780. Anverso. Fuente: APMEX Inc.

Por otro lado, no se puede obviar su rol de pieza conmemorativa, símbolo cultural y objeto coleccionable: el tálero homenajea a una de las monarcas europeas más eminentes, y cuenta con un legado que complementa (por no decir que rivaliza) al del 8 reales español. Además, el hecho de que Viena continúe produciéndolo hoy en día, demuestra el interés que aún despierta entre numismáticos e inversionistas.

Reacuñación contemporánea del tálero de María Teresa, según modelo de 1780. Reverso.
Reacuñación contemporánea del tálero de María Teresa, según modelo de 1780. Reverso. Fuente: APMEX Inc.

El numisma es un símbolo de riqueza, poder y estatus. Sigue representándose en el arte, reseñándose en libros, mostrándose en televisión o internet, y vendiéndose por tiendas especializadas y casas de subasta. Es una pieza cuyos más raros ejemplares pueden alcanzar valores considerables, pero cuya reacuñación resulta accesible para los presupuestos más acotados. Por ello es que la consideramos una moneda que no debe faltar en colecciones de perfil histórico.

Referencias y fuentes

Bos, Jolanda (2022). Maria Theresa Thaler. The Zay Initiative. Consultado el 19 de marzo de 2023. Referencia.

Gotić, Kristian (2018). The Thaler of Maria Theresa from 1780: Der Levantetaler. Povijesni prilozi, (55), 333-343. Referencia.

Münze Österreich AG (2023). Maria Theresa Taler Silver Proof Coin. [Página web en línea]. Referencia.

Numista. [Página web en línea].

The Maria Theresa Thaler 1780 (S/F). [Página web en línea]. Referencia.

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