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COLECCIONISTAS DE MONEDAS

Las monedas como método de datación: la Síndone o Sábana Santa de Turín

Actualizado 31 Oct, 2022 •reading-time 6-8'
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Por todos es conocida la enorme importancia de la numismática como instrumento para conocer incontables aspectos de las civilizaciones antiguas. La numismática es una ciencia necesaria para conocer el comercio, la economía o las sociedades en la antigüedad. A través de la información que las monedas nos proporcionan podemos comprender temas de diversa índole, desde movilidad geográfica hasta incluso aspectos religiosos. No solo es útil, sino que es además eficaz e incluso a veces indispensable para completar estudios arqueológicos, ofreciendo la posibilidad de datar con mínimo o ningún margen de error muchas excavaciones.

Importantes hallazgos datados gracias a la numismática

Podemos recordar brevemente algunos ejemplos: conocemos el caso de la Cova del Ramal de la Raconada (Castelldefels, Barcelona), donde un hallazgo monetario permitió situar el yacimiento en el tercer cuarto del s. XVI. También conocemos el descubrimiento de monedas árabes en entornos cristianos en algunas zonas de la Península que sirvió para datar los primeros momentos de integración de la población cristiana con la árabe a partir del s. VIII y hasta el IX. Y, sobre todo, el increíble y novedoso hallazgo en una reliquia del calibre de la Sábana Santa que termina de desmontar un ya de por sí más que dudoso resultado de la prueba del Carbono 14. A esta investigación dedicamos el presente artículo.

La Síndone de Turín

La Síndone de Turín es uno de los objetos más venerados y, sobre todo, más investigados del mundo. No sólo despierta el interés de los creyentes sino también de los ateos. Son innumerables las investigaciones al respecto y las pruebas que se le han realizado no sólo para determinar el modo en que la imagen quedó grabada en el lienzo, sino también para determinar cuándo. Pocos objetos históricos han sido estudiados a semejante nivel pero, sin embargo, no nos sorprendemos: todo lo relacionado con Jesús de Nazaret despierta el interés de todo tipo de colectivos, bien se trate de fieles, de científicos, de historiadores, de curiosos y un largo etcétera.

Fig. 1. Sábana Santa de Turín. Sabanasanta.org
Fig. 1. Sábana Santa de Turín. Sabanasanta.org

Datación de la Sábana

Uno de los numerosísimos estudios a los que se ha sometido la Sábana, ha arrojado resultados muy interesantes e inesperados a partes iguales: Giulio Fanti y Claudio Furlan, investigadores de la Universidad de Padua, publicaron en 2020 en el Journal of Cultural Heritage (enlace a artículo en inglés) unas conclusiones que plantean la posibilidad de que, durante los ss. XI-XII, algunas monedas de oro bizantinas fueran puestas en contacto mediante frotamiento con la tela con la intención de generar reliquias por contacto con ella. Este descubrimiento implica conclusiones mucho más allá, en este caso, relacionadas con la datación de la Síndone.

Veamos en detalle algunos aspectos utilizados para la datación del lienzo durante el siglo pasado. Dejar claro que se trata de un resumen muy breve y rápido para comprender el contexto.

  • Giulio Fanti ya estableció junto a Emanuela Marinelli la probabilidad de que el lienzo fuera auténtico (1), frente a la probabilidad de que fuera falso (2) y la probabilidad de que no fuera falso pero no correspondiese a Jesús de Nazaret (3). La probabilidad 1 resultó, según sus investigaciones, de un 100% por factores como: el uso de una corona de espinas en un crucificado, el modo en que manos y pies habían sido clavados al madero, la herida en el costado, la ausencia de lavado en el cuerpo por coincidir con el Sabbat judío que prohibía entrar en contacto con cadáveres, etc. Las probabilidades 2 y 3 arrojaban un resultado de 1 sobre 200.000 millones.
  • El tejido corresponde al modelo típico judío del s. I.
  • Los pólenes hallados en la tela corresponden a la zona del Próximo Oriente del durante el s. I.

No vamos a entrar en los pormenores de décadas de investigación para datar la Sábana puesto que requeriría de una tesis doctoral, o varias. Pero es necesario nombrar algunos factores decisivos en la datación para comprender la relevancia del factor numismático que ha aparecido en los últimos tiempos.

El Carbono 14 y el estudio de Fanti

Frente a todas estas características, una noticia dio la vuelta al mundo a finales del s. pasado: la prueba del Carbono 14 databa la Sábana en época medieval. Entonces, ¿dónde quedaban los numerosísimos estudios realizados por laboratorios y universidades de prestigio internacional que colocaban el lienzo en la Palestina del s. I? Los resultados de este estudio se publicaron en la revista Nature en un informe breve. Posteriormente se reconoció que la investigación había sufrido irregularidades tales como el redondeo de cifras que alteraban los datos reales, anomalías en las muestras, alteraciones del protocolo y, finalmente, la contaminación. Por todo ello, desde hace ya años ningún estudioso toma en cuenta el resultado del Carbono 14 como indicativo ni representativo de una datación rigurosa llegándose a hablar incluso de fraude.

Para mayor escarnio del Carbono 14, en 2020 llega el hallazgo de los metales que indican la presencia de monedas bizantinas, un nuevo golpe para la citada prueba: esta información confirma que la Sábana ya existía con anterioridad a la fecha propuesta por el Carbono. Este novedoso hallazgo afirmaría además que la Síndone habría estado en Constantinopla y habría estado en contacto directo con las monedas mencionadas entre los ss. XI-XIII. Explicamos por qué.

Las monedas de oro bizantinas

Los investigadores se hicieron varias preguntas a partir de una muestra de polvo aspirado tomada de la Sábana: ¿evidenciaban estas partículas alguna conexión con el oro de monedas antiguas? Para averiguarlo, se comparó la composición de las micropartículas de aleación de oro aspiradas en distintos momentos y distintas partes de la Sábana con la de las monedas bizantinas de oro acuñadas durante el siglo VII-XIII.

Los porcentajes en peso de las micropartículas se determinan mediante una técnica que consiste en el análisis de fluorescencia de rayos X. A través de los resultados se llevó a cabo una comparativa entre las composiciones obtenidas de las micropartículas y de las monedas.

El resultado fue absolutamente inequívoco: había efectivamente una conexión entre ambas. Más concretamente podemos decir que se detectaron varias muestras de aleación de oro y plata que contenían residuos de cobre exactamente como el electrum bizantino. Si conocemos, al menos en parte, la composición de las monedas antiguas caeremos rápidamente en la cuenta de que esta aleación es característica del Imperio Bizantino, a excepción de algún ejemplo particular en el s. VI a. C. que en ningún caso puede ser aplicables a un estudio de la Sábana y queda fuera de rango. Las conclusiones fueron que la Sábana Santa pudo, sin lugar a dudas, encontrarse en el Imperio Bizantino al menos hasta finales del s. XII o muy principios del s. XIII, momento en el que algunos estudios históricos afirman que los Cruzados se la llevaron a otras localizaciones.

Veamos algunas de las monedas utilizadas en el estudio comparativo:

Fig. 2. Sólido de Justiniano II. Años 692-695. Fuente: Blog Monedas Antiguas
Fig. 2. Sólido de Justiniano II. Años 692-695. Fuente: Blog Monedas Antiguas
Fig. 3. Sólido Basilio II. Años 976-1025. Fuente: Áureo&Calicó
Fig. 3. Sólido Basilio II. Años 976-1025. Fuente: Áureo&Calicó
Fig. 4. Sólido de Romano III. Años 1028-1034. Fuente: Coinshome
Fig. 4. Sólido de Romano III. Años 1028-1034. Fuente: Coinshome
Fig. 5. Sólido de Constantino X. Años 1059-1067. Fuente: Coinshome
Fig. 5. Sólido de Constantino X. Años 1059-1067. Fuente: Coinshome
Fig. 6. Sólido de Romano IV. Años 1068-1071. Fuente: Vcoins
Fig. 6. Sólido de Romano IV. Años 1068-1071. Fuente: Vcoins
Fig. 7. Sólido de Miguel VII. Años 1071-1078. Fuente: Coinshome
Fig. 7. Sólido de Miguel VII. Años 1071-1078. Fuente: Coinshome
Fig. 8. Sólido de Nicéforo III. Años 1078-1081. Fuente: Fuenterrebollo
Fig. 8. Sólido de Nicéforo III. Años 1078-1081. Fuente: Fuenterrebollo
Fig. 9. Hiperpirón de Alejo I. Años 1092-1118. Fuente: Fuenterrebollo
Fig. 9. Hiperpirón de Alejo I. Años 1092-1118. Fuente: Fuenterrebollo
Fig. 10. Hiperpirón de Juan II Comneno. Años 1118-1143. Fuente: Coinshome
Fig. 10. Hiperpirón de Juan II Comneno. Años 1118-1143. Fuente: Coinshome

Fig. 11. Hiperpirón de Manuel I. Años 1143-1180. Fuente: galerija.metropolitan.ac.rs
Fig. 11. Hiperpirón de Manuel I. Años 1143-1180. Fuente: galerija.metropolitan.ac.rs
Fig. 12. Hiperpirón de Alejo III. Años 1195-1203. Fuente: Wild winds
Fig. 12. Hiperpirón de Alejo III. Años 1195-1203. Fuente: Wild winds

Es muy interesante ver cómo algunas de las monedas que hemos investigado muestran el rostro de Cristo en el anverso, relegando el rostro del emperador al reverso, como símbolo de la supremacía de Cristo sobre todos los hombres. Sin embargo, el dato más importante es el estudiado por Jorge Manuel Rodríguez, presidente del CES (Centro Español de Sindonología) y que demostraría que las acuñaciones se inspirarían tomando como modelo la imagen del Sudario, por lo que confirmamos que éste ya existía en esa época, lejos de lo que sugería el Carbono 14. Las arrugas del rostro o el hecho de que una ceja aparezca más elevada que otra son detalles que se habrían tomado de la Síndone, en la que pueden observarse.

Si bien hoy en día pocos son los investigadores y académicos que dudan del hecho de que la Sábana sea datada en la Palestina del s. I, es increíblemente enriquecedor encontrarnos con nuevos datos que desmontan los resultados de una prueba tan utilizada en la investigación arqueológica como es el Carbono 14. Esto nos enseña que la numismática va mucho más allá de lo que muchos pueden pensar: puede datar, puede situar en el tiempo un objeto, una excavación o una reliquia. Puede ayudar a estudiar su contexto económico y social. Puede, en definitiva, aportar una información rica y extensísima para completar cualquier estudio histórico o arqueológico. La Historia se nutre no sólo de hechos, sino de decenas de disciplinas para conseguir una perspectiva rica y compleja.

Bibliografía

Fanti, G. (2018). „Why is the Turin Shroud Not Fake?“. Glob. J. Arch. Anthropol. Vol. 7, issue 3, pp. 70-75. California, USA.

Fanti, G.; Furlan, C. (2020). “Do gold particles from the Turin Shroud indicate its presence in the Middle East during the Byzantine Empire?”, Journal of Cultural Heritage, vol. 42, pp. 36-44. Italia.

Rodríguez Casanova, I. (2006). Monedas bizantinas. Vándalas, ostrogodas y merovingias. Madrid.