Nota editorial: Este artículo se actualiza periódicamente para reflejar el valor actual de las monedas más valiosas.
De repente llega a tus manos una colección de monedas y no sabes qué hacer con ellas. ¿Merece la pena venderlas? ¿Cuál es su valor? En este artículo te aclaramos qué hacer con tus monedas y dónde y cómo puedes venderlas para obtener el mayor valor posible.
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Continuamente nos llegan consultas sobre monedas que nuestros lectores encuentran en algún cajón en casa de algún familiar, que les regalaron hace tiempo o de alguna colección que han heredado.
De hecho son muy frecuentes consultas sobre valoración de monedas en los comentarios de coleccionistasdemonedas.com, foros, grupos de facebook, blogs, etc. Y no solo son preguntas sobre el valor de las mismas sino también dónde poder venderlas para obtener el mejor precio por ellas.
En este artículo te damos la claves para saber qué hacer con tu nueva colección de monedas antiguas.
Lo primero: ¿Qué quieres hacer con tus monedas?
Generalmente las opciones que se plantean giran en torno a estas tres decisiones:
- Hay personas que desean conservarlas guardadas para que pasen a la próxima generación.
- En otras ocasiones estas monedas son el comienzo de una colección que va a tomar forma con el tiempo. En nuestra opinión esta opción es la más recomendable. Si es tu caso puede que te interese este artículo sobre como hacer una colección de monedas.
- Resulta muy habitual que se busque obtener un beneficio rápido con su venta. En este artículo vamos a centrarnos en esta última opción e intentaremos aconsejarte lo mejor posible para que obtengas el máximo beneficio por la venta de tus monedas heredadas.
¿Dónde puedes vender tus monedas?
Las opciones son muy variadas y debemos tener en cuenta todas ellas con sus pros y sus contras.
#1 En una tienda numismática
En este caso podemos obtener la ventaja de que el numismático puede orientarnos sobre las piezas que tenemos, a la vez que sus precios de mercado. Pero hay que tener en cuenta que si nos las compra lo va a hacer a un precio muy inferior al de mercado ya que:
-
- Deberá venderlas todas (sin saber cuánto tiempo le llevará recuperar su dinero invertido) y
- Además obtener algún beneficio por el riesgo que asume.
#2 En una empresa de subastas numismáticas
Si tenemos un número elevado de piezas podríamos intentar consignar nuestras piezas en alguna casa de subastas: nos pedirán fotos de las piezas, o de algunas de ellas, para poder hacerse una idea de tipos de monedas y calidades medias. Pero no siempre van a querer todas las piezas para sus subastas, ya que generalmente las de poco valor no le interesarán. Vender nuestras piezas en una subasta (una vez la casa de subasta las haya aceptado) no nos garantiza que puedan llegar o superar el precio de mercado ya que los precios de salida suelen ser inferiores a los de mercado. Además, la casa de subastas nos va a cobrar una comisión del montante por el que se vendan nuestras monedas. Por lo que debemos preguntar siempre por la comisión que cobran a los vendedores.
#3 Venta directa a un coleccionista
Puedes vender tu mismo las piezas en la web, por ejemplo en eBay (que también te cobrarán un porcentaje por venta) o en grupos de Facebook -cada vez están más activos-, ahorrándonos en este caso la comisión.
Antes de vender, conoce su valor
Ahora bien, para poder saber si el precio que pedimos o esperamos obtener es el precio de mercado resulta esencial que identifiquemos algunas de nuestras monedas. Y lo ideal es que lo tengamos claro antes que ejercer algunas de las opciones anteriores, aunque ello nos supongo invertir algo de nuestro tiempo.
A continuación algunas preguntas que debes hacerte a ti mismo para saber algo más de las monedas que quieres vender.
- ¿Pertenecía a un coleccionista de monedas o no? Esta pregunta va a aclarar muchas cosas. Y para ello es fundamental que no te engañes a ti mismo y hacerte las siguientes reflexiones. Si la persona a la que pertenecía antes era coleccionista podría tratarse de alguna moneda valiosa de su colección que guardó en su día, pero que por nuestro desconocimiento de la materia no adivinamos qué tiene de especial. Evidentemente si esa persona no era coleccionista pocas posibilidades tenemos de tener en la mano una pieza valiosa o escasa entre todas las que hemos heredado.
- Su procedencia: ¿Cómo han llegado esas monedas a tus manos? Es importante saber el por qué tenemos esa moneda en concreto. ¿Acaso la persona que la tenía antes viajaba y esa moneda procede de algún viaje? ¿Es una moneda contemporánea a la persona que la tenía antes? Las respuestas a estas preguntas pueden desvelar si la moneda es de colección o simplemente un souvenir o una moneda falsa. Si fue una moneda que circuló en su día y simplemente estaba en la cartera, pantalón o un cajón esperando a ser usada en algún pago o como calderilla.
- ¿Se trata de una moneda aislada o de una colección? ¿Cómo estaban guardadas? Otra pista importante es la forma en la que nos han llegado las monedas. Hemos visto fotos de muchos tipos de conservación: monedas guardadas en cajas o tarros (como la foto que ilustra este artículo) y también monedas guardadas en plásticos, fundas, álbumes e incluso cápsulas.
El estado de la moneda, una de las claves
Ni que decir tiene que, por norma general, mientras mejor sea el medio utilizado para guardarlas mayor será la probabilidad de que las monedas tengan más valor.
Para un coleccionista un conjunto de monedas en cajitas o botes es sinónimo de desgaste, golpecitos en las monedas, oxidaciones, es decir: todo lo que no queremos que se de en una moneda para que sea valiosa.
Sin embargo una presentación cuidada, en orden, suele indicarnos que por lo menos para el propietario anterior eran monedas valiosas. Pero ojo, este hecho no siempre implica que se trate de monedas valiosas para todo el mundo, ya que no todos los coleccionistas centran sus colecciones en piezas valiosas y caras.
Consejos para conocer el valor de una colección de monedas heredada
En muchos casos mirando las dos caras de las monedas vamos a conseguir saber datos fundamentales como son:
- Material,
- País,
- Fecha
- Valor Facial.
Aunque parezca increíble con estos datos ya tenemos gran parte del trabajo hecho puesto que podemos acudir a internet, poniendo en un buscador los principales términos que hemos leído en la moneda. Puede darse el caso en que no sea posible obtener estos datos por tratarse de monedas de la época antigua o por ser monedas en un idioma que no dominamos. En este caso también podemos obtener algunas pistas como diámetro, el peso y el material del que están hechas.
Cómo averiguar sus medidas, peso y material
Con una sencilla regla puedes medir el diámetro, y una báscula de cocina te servirá para saber el peso. Un imán te permitirá conocer el metal principal de tu moneda. Con la ayuda de un imán descartaremos las piezas que parezcan de plata u oro y que se peguen al mismo y podremos encuadrarlas en monedas de otros metales menos nobles o de aleaciones modernas, probablemente.
En la mayoría de los casos nos vamos a encontrar con monedas de colores irisados, dorados, plateados o de color cobrizo que podrían corresponderse con monedas de oro, plata y cobre.
Otro truco que funciona a veces es utilizar buscadores de imágenes similares, por ejemplo Google Lens, con tu moneda. Quizás no aparezca la misma pero si alguna de un país o monarca similares. Lo justo para poder encuadrar tu moneda en un período histórico o geográfico si no puedes ver fecha o país.
Ya he clasificado mi moneda… ¿ahora qué?
Teniendo una noción de lo que tenemos delante llegamos a un punto en el que debemos elegir entre varias opciones:
- Hacer fotos del conjunto de piezas que tenemos y subirlas a algún foro o grupo de facebook esperando que alguien nos diga si tiene valor y cuánto. Lo que puede derivar en recibir ofertas privadas simultáneas para comprar nuestro lote.
- Utilizar buscadores de monedas como por ejemplo https://www.acsearch.info/ en los que se necesitan muy pocos datos para ver fotos y fotos para encontrar las más parecida a las nuestras.
- Consultar agregadores o indexadores de subastas de monedas: en ellos puedes consulta qué precios de salida tienen monedas similares a las tuya, y algunas veces verás sus precios de martillo.
En resumen
Merece mucho la pena dedicar un tiempo prudencial a identificar y valorar tus monedas. Recuerda siempre que una vez vendidas no sirven de nada los lamentos. Investigar y tomar una buena decisión con tus monedas será el camino más fiable y sencillo con el que obtener un mayor beneficio con la menor inversión de tiempo y dinero. ¡Buena suerte!
Fuentes y referencias
- U.S. Mint
- Banco Central Europeo
- Manual descargable del coleccionista de la FNMT de España.